

Un nuevo año empieza, y nos gusta verlo como Brad Paisley, como un libro en blanco en el que escribir nuestra historia, porque muchas veces, somos nosotros (cuando no hay problemas de salud por medio) los que marcamos la pauta de cómo va a irnos el año.
Vamos a ponerle ilusión, alegría y entrega. Vamos a ser optimistas y positivos (pero de actitud, que en el 2020, ser positivo no era algo bueno precisamente).
El 2020 es cierto que ha sido un mal año en muchos aspectos pero seguro que de él, hemos aprendido mucho. De los fracasos se aprende más que de los éxitos, o al menos eso nos han enseñado, así que vamos a quedarnos con las lecciones aprendidas, valorar más las pequeñas cosas, descubrir algún talento oculto (porque digo yo, que de tanta gente que se ha puesto a cocinar en el confinamiento, alguno habrá destacado!) y vamos a tener ilusiones, proyectos a realizar en este nuevo año, que la vida sin ilusiones, es más triste.
Tenemos que esforzarnos y poner nuestro granito de arena para que la pandemia que ha marcado el 2020 y parte de nuestras vidas, quede en un mal recuerdo. Debemos hacer un esfuerzo y seguir las recomendaciones sanitarias, porque si no, esto se va a prolongar indefinidamente.
Contamos con la llegada de las vacunas, pero no nos debemos relajar. Si no ponemos también de nuestra parte, de poco puede servir. Si lo pensamos bien, tampoco se nos pide tanto:
– Usar mascarilla cuando estemos con más personas.
– Lavar las manos frecuentemente y/o usar gel hidroalcohólico.
– Mantener distancia entre personas (incluso con mascarilla).
Siguiendo esas recomendaciones, nos cuidaremos y cuidaremos de los demás evitando la propagación del virus. Podríamos así contribuir a mejorar nuestra economía, ya que negocios que ahora permanecen cerrados, podrían volver a abrir si respetamos las normas.
Intentemos buscar menos culpables, y ser más parte de la solución.
FELIZ Y PRÓSPERO 2021